En la mitología griega, Hércules y los otros semi-dioses y héroes, con sus actos de valor y su audacia, elevaron a un nivel ideal la idea de la hazaña y la medalla otorgada a la excelencia. El ejercicio físico está estrechamente relacionado con el esfuerzo mental, la ofrenda, la elevación moral, lo que en la Antigua Grecia consolidó el carácter y el espíritu competitivo plasmando un espíritu de emulación noble para la coexistencia pacífica entre las personas.
Las competencias deportivas de la era prehistórica y los juegos funerarios en honor a los difuntos gradualmente se desarrollaron y se convirtieron en un auténtico espíritu deportivo. El entrenamiento físico era parte de la educación básica de los más jovenes. El ciudadano era entrenado tanto para la competición como para la colaboración, lo que redundaba en una convivencia pacífica, en progreso y en bienestar físico y mental. La participación en los juegos significaba educación para el alma, la palabra griega usada para "recreación" viene de dos palabras que significan "liderazgo / formación del alma".
A pesar de sus diferencias y de la feroz competencia, las ciudades - estado compartían la religión, los héroes y la mitología, el idioma, los ideales y la educación, la búsqueda del cultivo equilibrado del cuerpo, la mente y el alma - lo que ayudó a que muchos juegos locales adquirieran carácter nacional y actuaran como un puente que unía a todos los Griegos y afianzaba la conciencia e identidad griega común.
Los Antiguos Juegos Panhelénicos tenían carácter sagrado y se llevaban a cabo en estadios y teatros en santuarios, ya que no se trataba sólo de competencias atléticas sino también de eventos artísticos. Los cuatro juegos panhelénicos nunca coincidían, todo el mundo griego respetaba las reglas y, sobre todo, la tregua sagrada, que era una parte integral de los juegos. Antes, durante y después de los Antiguos Juegos Panhelénicos cesaban todas las hostilidades, permitiendo así a los atletas viajar y participar en los mismos. Todos los ciudadanos Griegos tenían derecho a participar, a menos que hubieran cometido un asesinato, sacrilegio o hubieran violado la tregua sagrada.
Los Antiguos Juegos Panhelénicos adquirieron tal prestigio que tanto los atletas como los espectadores de los Juegos de Olimpia, Delfos, Istmia y Nemea acudían desde todo el mundo Griego: de Grecia continental, sus islas, las ciudades de Asia Menor y de las colonias distantes - desde el Mar Negro y Crimea hasta la Magna Grecia (Sur de Italia) y desde Egipto hasta los Pilares de Hércules (hoy día, Gibraltar). El premio era tan sólo una corona de olivo, pero la recompensa moral era la gloria y el honor eterno para sí mismos y para su ciudad natal.
Las competiciones se realizaban en los recintos sagrados de cada santuario. Al principio, la única competición era una carrera a pie a lo largo de un estadio, en tanto que con el paso del tiempo se agregaron más competiciones: diaulos (carrera de doble estadio), hoplitodromos (carrera con las armas de un hoplita, o soldado de infantería), y dolichos (carrera de larga distancia). Gradualmente se agregaron eventos adicionales, que incluían el pentatlon (disco, javalina, salto en largo, lucha y carrera a pie), lucha, pygme, pancracio, salto en largo, disco y javalina, carrera con carro y varias competiciones ecuestres. Al mismo tiempo, junto a las competiciones atléticas se llevaban a cabo competencias de música, teatro, poesía y artes plásticas.]